El Aguacate es fruta y verdura a la vez. Originario de México y Centroamérica, se extendió más tarde a toda América. La palabra aguacate proviene del náhuatl idioma que hablaban los aztecas. En Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay lo llaman “palta” palabra derivada del quechua.
El aguacate en Francia recibe el nombre de “avocat” (que significa abogado). Según cuentan, en Francia, el aguacate llegaba desde Haití y le pusieron el nombre de “la bonne poire” (la buena pera). Pronto su precio se disparó y alcanzó unos niveles muy altos, por lo que el pueblo francés lo consideró un manjar para las clases adineradas, entre ellos los abogados, por lo que pasó a llamarse “poire d’avocat”, y de ahí se derivó el nombre actual de avocat. En Italia y en Inglaterra se le conoce como ‘avocado’.
Es rico magnesio, potasio, ácido fólico y ácido oleico, lo que hace que su consumo sea muy recomendable para la salud de nuestro sistema muscular y nervioso. También nos ayuda a controlar los niveles de colesterol.
Tiene un sabor exquisito y consistencia tierna y cremosa. Por esta característica en Japón se le conoce como mantequilla de la selva. Los marineros europeos, en la antigüedad, lo usaban como sustituto de la mantequilla como común.
Lo podemos comer solo, en sandwiches, en ensaladas, en salsas como el guacamole mexicano, o puedes agregarlo a tus sopas como te sugiero en la receta de minestrone.
Las principales variedades que encontramos son: Hass, Bacon , Fuerte, Reed, Pinkerton. El de la fotografía es de la variedad Hass.